
Desde que somos niños nos damos cuenta de que sentimos preferencia por ciertas cosas: juguetes, personas, series de TV, música y -lo más común- colores.
Preferencias que se mantienen incluso hasta la edad adulta. Específicamente las elecciones que hacemos en los colores están respaldadas por la psicología del color; un campo de estudio que analiza el efecto del color en la percepción y la conducta humana.
Según esta disciplina científica, los colores despiertan ciertas emociones en el ser humano; por ejemplo, el rojo inspira amor, poder, pasión; el negro inspira potencia y elegancia por lo que es utilizado en artículos de lujo.
Bajo estas premisas, las marcas eligen los colores de sus logos, empaques y productos para apelar a la emocionalidad de sus clientes. Aunque no lo creas, el mismo efecto tiene al momento de comprar un teléfono inteligente. Algunos prefieren gris, otros blancos y otros optan por colores vibrantes como el amarillo, rojo o naranja.
En la realidad yo siempre elijo un color naranja eso porque siempre miro en mi un exito que Dios me regala dia con dia y va relacionado al color rojo en partes o en ocasiones color verde porque muestra como es que Dios nos ha dado la forma que hemos ido superando en la vida.